domingo, 27 de marzo de 2011

"La ideología alemana", de Marx




KARL MARX (1818 – 1883)
La ideología alemana (1846)
Introducción, apartado A, (1) Historia
IDEAS Y FRAGMENTOS PRINCIPALES

Esta obra pertenece al periodo del “joven Marx” y no se publicó hasta 1932. En ella Marx hace una crítica a la filosofía alemana de su época, dominada por la influencia idealista de Hegel, que se deja ver, según Marx, incluso en el grupo de los “hegelianos de izquierda” (Feuerbach, Bauer, Stirner, Strauss), con los que Marx había tenido relación en la Universidad de Berlín. Marx les reprocha que en su crítica a la religión se movieran aún en presupuestos idealistas, según los cuales los productos de la conciencia (como la religión) son autónomos y pueden cambiar por sí mismos, mediante la educación y la reflexión, y además este cambio de la conciencia es el motor de los cambios en la sociedad. Frente a esos presupuestos del idealismo alemán, Marx va a esbozar ya en esta obra su materialismo histórico (como filosofía de la historia y método de análisis sociológico) (sobre el materialismo histórico, lee también el texto 1 de la p. 199 del libro de Edelvives); también se encuentra en ella la teoría de la alienación del trabajador bajo condiciones capitalistas de producción y la predicción de la llegada inexorable del comunismo como resultado de la propia acción de las leyes internas del capitalismo. El término “ideología” para referirse a la filosofía tiene en Marx una intención peyorativa, ya que para él lo que se presenta como “verdad filosófica” no es más que una falsa conciencia, un “ropaje de ideas” con el que se ocultan los intereses materiales que con tal presunta “verdad” se están justificando o favoreciendo, se sea consciente de ello o no.

1. Antes de que los hombres puedan hacer cualquier otra cosa en la historia, tienen que resolver sus necesidades materiales básicas (comer, beber, alojarse, vestirse…). Luego el primer hecho histórico es la producción de los medios que permitan satisfacer dichas necesidades, y es a este hecho al que deben prestar la atención debida los historiadores (y no a las gestas de los hombres ilustres); sin embargo, los historiadores alemanes no le han dado nunca importancia, y han sido los historiadores ingleses y franceses los primeros en estudiar la sociedad civil (las formas de intercambio y cooperación productiva entre los seres humanos), el comercio y la industria, aunque su estudio, al servicio de una determinada ideología política, no haya descubierto la auténtica relevancia histórica de estos factores. (Líneas 1 – 25).

2. Al satisfacer las necesidades básicas y crear los instrumentos precisos para esa satisfacción, los seres humanos encuentran nuevas necesidades. (Líneas 26 – 29).

3. Además de asegurar su subsistencia, los seres humanos procrean, y surge así la familia, que al principio es la única relación social, pero luego pasará a tener un papel secundario, cuando la necesidad lleva a los hombres a entablar nuevas relaciones sociales más complejas. (Líneas 41 – 48).

4. La producción de la vida propia y ajena fuerza a los hombres a establecer entre ellos ciertas relaciones sociales de producción (modo de cooperación), dependientes del modo de producción (técnica, fase industrial) de que dispongan; la suma de las fuerzas productivas (el modo de producción y el modo de cooperación que va asociado a él) condicionan el entero estado social, y por tanto cualquier estudio histórico debería empezar por ellas. (Líneas 63 - 69). 
 
5. Sólo después de analizar los cuatro aspectos anteriores tiene sentido analizar la “conciencia” o el “espíritu” de los hombres, conciencia que, a través del lenguaje público en que se expresa y en el que se reflejan los intercambios humanos forzados por la necesidad, es meramente un producto social. (Líneas 85 – 91 y 95 – 99).

6. La conciencia se desarrolla cuando, al aumentar la población, aumentan también las necesidades y hay consiguientemente que incrementar la producción, para lo que se introduce la división del trabajo, que es plenamente tal sólo cuando se separan en sujetos diferentes el trabajo físico y el trabajo intelectual; nace así la ilusión de que la conciencia es autónoma, independiente de las relaciones sociales de producción. Pero en realidad los productos de la conciencia (teología, filosofía, moral,…) sólo entran en contradicción con, o cuestionan, las relaciones sociales de producción cuando éstas han entrado a su vez en contradicción con las fuerzas productivas existentes. (Líneas 119 - 138).

(Recuerda el ejemplo de la transición del feudalismo al capitalismo).

7. La división del trabajo implica un reparto desigual de las cargas y de los productos del trabajo, es decir, de la propiedad. (Líneas 157 – 164).

8. La división del trabajo implica además que los individuos no puedan reconocerse en el interés común (el interés de que el cuerpo social, en el que todos son mutuamente dependientes, funcione), sino que lo vean como opuesto a su interés particular, puesto que la organización del cuerpo social no ha sido elegida por ellos, sino que se han encontrado con ella como con un hecho natural, y entonces sus propias actividades se les presentan como obligaciones impuestas y opresivas; en cambio, en la sociedad comunista los individuos participarían en la planificación de la producción, y así sería posible que cada uno realizara actividades diversas y libremente elegidas. (Líneas 171 – 195).

9. La vivencia de la contradicción entre el interés particular y el interés común hace que el Estado, a cargo, presuntamente, del interés común, aparezca como un poder enfrentado, y no al servicio de los intereses reales de los súbditos, y como una comunidad ficticia, aunque se constituya a partir de los vínculos de parentesco, lengua y división del trabajo; esta última da lugar a las clases sociales, y todas las luchas dentro del Estado (políticas, ideológicas, etc) son realmente disfraces de la lucha de clases, en la cual el dominio es conseguido por la clase que controle el Estado, la cual presenta inicialmente su interés como el interés general. (Líneas 200 – 223).

(Recuerda: según el análisis marxista, las revoluciones liberales del siglo XIX se presentaron como luchas de liberación de la humanidad, aunque finalmente instituyeron Estados al servicio de los intereses de la burguesía, dentro de un sistema capitalista con división del trabajo, y esos Estados no eran vistos por los proletarios como suyos, como comunidades con las que pudieran identificarse y de las que pudieran sentirse miembros).


10. La lucha de clases, de intereses particulares, hace necesaria la intervención coactiva del Estado en defensa del interés “general” (que no es tal); y el poder cooperativo de producción se les aparece a los proletarios como algo ajeno, puesto que no participan voluntariamente en él. Este poder seguirá su propio desarrollo, independientemente de las voluntades de los hombres. (Líneas 230 – 243).

11. La enajenación del trabajador en el capitalismo (lee también al respecto el texto 1 de la p. 198 del libro de Edelvives) sólo acabará cuando la situación se haga insoportable y fuerce la sublevación (que traerá el comunismo); y esto ocurrirá cuando se den las siguientes circunstancias:

a) La gran masa de los trabajadores, por la concentración de la riqueza en pocas manos hacia la que tiende inercialmente el capitalismo, se verá postrada en la miseria, y en cambio será perceptible la riqueza de la minoría propietaria (riqueza hecha posible gracias al desarrollo de las fuerzas productivas).
b) Un gran desarrollo de las fuerzas productivas, capaz de proveer bienes suficientes a toda la población; tal grado de desarrollo sólo es factible si tiene lugar a escala universal. (Mientras haya escasez, habrá lucha enconada por la subsistencia). Este desarrollo lleva consigo un intercambio universal entre los hombres en un mundo interdependiente, y así se hace visible que la desposesión de las masas no es una fatalidad, sino consecuencia de la acción humana.
c) Presencia en todos los pueblos de masas desposeídas, que se erigen en sujeto histórico universal.

El comunismo, por tanto, no puede existir como un fenómeno local (en un país aislado).

(Líneas 244 – 270 y 301 - 304).

(Lee la entrevista a Carlos Aguirre en la p. 197 del libro de Edelvives: según este experto en marxismo, Marx nunca creyó que fuera factible la construcción del socialismo en un solo país, y por tanto la caída del Muro de Berlín no puede considerarse un fracaso o una refutación histórica del marxismo o comunismo, sino de la idea de los “socialismos nacionales”, que no es de Marx, sino de Stalin, que interpretó mal a Marx).


12. El comunismo no es un ideal, sino el destino inevitable al que conducen las leyes de la historia, desveladas por el materialismo histórico. (Líneas 293 – 295).

martes, 22 de marzo de 2011

Texto de Immanuel Kant





Immanuel Kant. Prólogo a la 2ª edición de la Crítica de la razón pura.


Supongamos ahora que la moral presupone necesariamente la libertad (en el más estricto sentido) como propiedad de nuestra voluntad, por introducir a priori, como datos de la razón, principios prácticos originarios que residen en ella y que serían absolutamente imposibles de no presuponerse la libertad. Supongamos también que la razón especulativa ha demostrado que la libertad no puede pensarse. En este caso, aquella suposición referente a la moral tiene que ceder necesariamente ante esta otra, cuyo opuesto encierra una evidente contradicción. Por consiguiente, la libertad, y con ella la moralidad (puesto que lo contrario de ésta no implica contradicción alguna, si no hemos supuesto de antemano la libertad), tendría que abandonar su puesto a favor del mecanismo de la naturaleza. Ahora bien, la moral no requiere sino que la libertad no se contradiga a sí misma, que sea al menos pensable sin necesidad de examen más hondo y que, por consiguiente, no ponga obstáculos al mecanismo natural del mismo acto (considerado desde otro punto de vista). Teniendo en cuenta estos requisitos, tanto la doctrina de la moralidad como la de la naturaleza mantienen sus posiciones, cosa que no habría sido posible si la crítica no nos hubiese enseñado previamente nuestra inevitable ignorancia respecto de las cosas en sí mismas ni hubiera limitado nuestras posibilidades de conocimiento teórico a los simples fenómenos. Esta misma explicación sobre la positiva utilidad de los principios críticos de la razón pura puede ponerse de manifiesto respecto de los conceptos de Dios y de la naturaleza simple de nuestra alma.



- Identifica las ideas fundamentales del texto y expón la relación existente entre ellas.

Kant formula, en la primera mitad de este fragmento (hasta “Ahora bien,…”), la dificultad planteada por la concurrencia de dos supuestos:

a) Que la moral introduzca (como hace en la “Fundamentación de la metafísica de las costumbres”, de 1785, anterior al Prólogo de la 2ª edición de la “Crítica de la razón pura”, de 1787) principios prácticos a priori, constitutivos de la razón pura práctica; la obediencia a estos principios sería la libertad, pues con ella el sujeto racional estaría siguiendo su propia ley, erigiéndose así como ser autónomo. Por tanto, la presencia de esos principios a priori lleva a postular la posibilidad de la libertad: si ellos reclaman nuestra fidelidad, es que podemos ser fieles a ellos, es decir, libres (si debemos, podemos).

b) Que la razón pura teórica demuestre (como hace en la “Crítica de la razón pura”, de 1781) que la libertad no puede siquiera pensarse (ya que nuestro entendimiento procesa los datos necesariamente mediante el enlace de la categoría de "causa") .

Ambos supuestos plantean la dificultad de que el segundo ha de prevalecer sobre el primero, y entonces habría que abandonar la idea de la posibilidad de la libertad, es decir, de la posibilidad de actuar por la ley moral (por principios prácticos originarios), y concluir que estamos determinados por la naturaleza y somos por consiguiente heterónomos.

Pero Kant, en la segunda mitad del fragmento, subraya que la “Crítica de la razón pura” tiene una utilidad positiva, y es que, al demostrar que nuestro conocimiento trata solo del fenómeno (la representación de lo real que construye el sujeto racional), la imposibilidad de pensar la libertad queda acotada a dicho fenómeno, y queda entonces abierto para la moral el derecho a postular la libertad del alma (como cosa-en-sí), cuyo concepto no es en sí mismo contradictorio, aunque nuestra razón no pueda pensarlo.

La misma utilidad positiva tiene la “Crítica de la razón pura” para los otros dos postulados de la razón pura práctica: la existencia de Dios y la inmortalidad del alma.

En efecto, al haber demostrado la “Crítica de la razón pura” que no es posible la Metafísica especial como ciencia, ya no tiene que temer la moral que esos dos postulados suyos puedan ser refutados por el conocimiento teórico. Y la razón pura práctica ha de postular la inmortalidad del alma porque los dos fines presentes en el ser humano (la felicidad, fin que se le impone como ser natural, y la fidelidad a la ley moral, que se le impone como ser racional) no pueden conciliarse en esta vida. Y la otra vida del alma en la que sí sea posible la conciliación requiere como garante a Dios, cuya existencia ha de ser entonces así mismo postulada.

miércoles, 16 de marzo de 2011

IMMANUEL KANT (TEST)



HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
2º DE BACHILLERATO

TEST SOBRE KANT
Señala si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas. En caso de ser falsas, explica el error.

1.- En el siglo XVIII la burguesía prusiana consiguió impulsar reformas ilustradas.



2.- Para Kant la educación del pueblo es indispensable porque se requiere mucha cultura para poder ser moralmente autónomo.



3.- Kant demuestra en su "Crítica de la razón pura teórica" la libertad de la voluntad.



4.- Kant está de acuerdo con Hume en que las leyes de la Naturaleza son necesarias.



Completa los siguientes enunciados:

5.- Los dos grandes acontecimientos del siglo XVIII en los que Kant vio el signo de la encarnación histórica de los principios ilustrados fueron…


6.- Sólo puede comprenderse que sea posible conocer a priori algo sobre los objetos si se presupone…


7.- Un ejemplo de juicio sintético a priori es…


8.- Del hecho de que en el mundo sensible la voluntad buena no tenga garantizada la felicidad se postula…






Elige la mejor respuesta:

9.- La epistemología de Kant

a) es claramente racionalista.
b) superó el dogmatismo racionalista gracias a la lectura de Hume.
c) acepta, gracias a la lectura de Hume, que la relación causal que establecemos entre los fenómenos está basada en la costumbre psicológica.
d) admite que todo conocimiento comienza con la experiencia y procede de ella.

10.- Kant concluye que

a) conocemos lo suprasensible a posteriori.
b) conocemos lo suprasensible a priori.
c) pensamos lo suprasensible como postulados de la razón pura teórica.
d) pensamos lo suprasensible como postulados de la razón pura práctica.

11.- Kant está de acuerdo con Rousseau en que

a) la moral ha de estar basada en el sentimiento.
b) es más importante la buena conducta que el conocimiento.
c) es más importante el conocimiento que la buena conducta.
d) el desarrollo de la ciencia y la técnica corrompe las costumbres.

Define los siguientes conceptos:

12.- Pietismo:



13.- Razón pura práctica:



14.- Dialéctica trascendental:



15.- Fenómeno:

Señala si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas. En caso de ser falsas, explica el error.

16.- En la época de Kant, Prusia, como Francia e Inglaterra, era una monarquía absoluta.



17.- Kant aprendió de Hume y de Rousseau que para la moral es más importante el sentimiento que la razón.



18.- Kant quería una unión universal de países, que habría que imponer aun en contra de la tendencia de la naturaleza humana, reacia al cosmopolitismo.



19.- Actuar en función de lo que me dicta el sentimiento es una manifestación de mi autonomía, según Kant.









Completa los siguientes enunciados:

20.- El monarca ilustrado más importante en Prusia en vida de Kant fue…



21.- Para Kant, los juicios científicos han de ser a priori porque…



22.- Nuestro entendimiento no nos permite juzgar consistentemente acerca de los objetos suprasensibles porque…



23.- Todo conocimiento………………………………la experiencia, pero no todo él………………………………………….de la experiencia.

24.- La dignidad del ser humano, que obliga a tratarlo siempre como fin, y nunca solo como medio, deriva de……………………………………………………………………..

Elige la mejor respuesta:

25.- Respecto a los saberes de su época, Kant considera

a) que Lógica y Metafísica aún no son ciencias.
b) que Lógica, Matemática y Física son ciencias.
c) que la Física llegó a ser ciencia antes que la Lógica y la Matemática.
d) que el método experimental retrasó la llegada de la Física al camino de la ciencia.

26.- El principio de causalidad, según Kant,

a) es un juicio analítico, y por tanto a priori.
b) es un juicio sintético al que la Física llega por inducción.
c) es un juicio universal y necesario, y por tanto ha de ser a priori.
d) se refiere tanto al fenómeno como al noúmeno.

27.- Las tres formulaciones del imperativo categórico son

a) contradictorias entre sí.
b) equivalentes.
c) complementarias: las tres han de usarse en la evaluación de una máxima de acción.
d) dicen exactamente lo mismo con palabras distintas.

28.- Según Kant, con respecto a los animales

a) no tenemos ningún deber.
b) tenemos solo deberes indirectos.
c) tenemos deberes directos.
d) tenemos las mismas obligaciones morales que con respecto a los seres humanos.

Define los siguientes conceptos:

29.- Primacía de la razón práctica:



30.- Giro copernicano en la teoría del conocimiento:



31.- Concepto puro/Concepto empírico:



32.- Ética autónoma/Ética heterónoma: