martes, 9 de abril de 2013

PENSAMIENTO DE NIETZSCHE



                                           FRIEDRICH NIETZSCHE (1844 – 1900)

 ESTRUCTURACIÓN DE LOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE SU PENSAMIENTO EN LOS GRANDES PROBLEMAS FILOSÓFICOS

 PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO Y LA VERDAD

 - El afán de verdad, característico de la ciencia y la filosofía occidentales, esconde un afán de muerte (resentimiento, por impotencia, contra la vida terrenal, la única que hay) y una creencia en otro mundo ilusorio; sería por tanto impropio del Superhombre o Ultrahombre. Pero en esta etapa tal afán puede contribuir al nihilismo activo que acelera el proceso de la “muerte de Dios”. (Ver La gaya ciencia).

- No existe la verdad absoluta y objetiva, sino solo interpretaciones y perspectivas, que han de cambiar a medida que cambia la realidad y nuestra interacción con ella (la “verdad” es siempre humana, y no divina), en todo momento al servicio de la voluntad de poder: un pensamiento es “verdadero” cuando, por su fondo y por su forma, contiene suficiente fuerza y viveza como para renovar, incluso en condiciones extremas, el sí entusiasta a la vida. (Ver La gaya ciencia).

- Respecto al lenguaje, Nietzsche es nominalista: las palabras, los conceptos, son clasificaciones subjetivas de las cosas que pretenden hacer estática una realidad que es incesantemente dinámica y homogeneizar lo dispar según conveniencias y caprichos humanos; solo la intuición (y no la razón) de los sentidos, los sentimientos y los instintos capta la realidad.

- Crítica devastadora de toda la metafísica occidental.

- Las perspectivas infinitas de la realidad solo pueden descubrirse desde la vida terrenal vivida apasionadamente como tal (en su integridad, con sus componentes trágicos, y en su devenir) y movida por la voluntad de poder, de autoafirmación y de creación.

 PROBLEMA DEL SER HUMANO

- La cultura occidental, nihilista pasiva, ha desvitalizado al ser humano; y esa desvitalización llega a su culminación en “el último hombre” (ver Así habló Zaratustra, ver la crítica nietzscheana de los valores burgueses, etc), cuya agonía durará aún 200 años.

 - Crítica de la idea del yo.

- Al “último hombre” habrá de sucederle el Superhombre o Ultrahombre: antimetafísico, impío, ateo, inmoralista, apegado a la vida terrenal (que vive manteniendo el equilibrio entre las dos fuerzas anímicas en tensión que la constituyen: lo apolíneo y lo dionisiaco), capaz de vivir desde el constante recuerdo del eterno retorno, sujeto de la voluntad de poder y de la transvaloración de los valores, niño inocente que juega y crea valores y roles.

PROBLEMA DE LA ÉTICA

 - Crítica de la ética socrático – platónica y judeocristiana (ver La genealogía de la moral; ver también el periodo “positivista”).

- Crítica del moralismo: no tiene fundamento la exigencia moral incondicional y universal. El Superhombre, con la inocencia lúdica del niño, ha de alumbrar nuevos valores, coherentes con la voluntad (personal) de poder aferrada a esta vida terrenal: valores aristocráticos (“moral de los señores”, valores de la “selección natural” darwiniana) y no igualitarios, valores dionisiacos, asociados a los instintos y pulsiones inconscientes, valores artísticos (el arte es el sentido más alto de la vida, al cual todo ha de subordinarse).

PROBLEMA DE DIOS Y LA RELIGIÓN

- Dios, la mayor fábula de todas. Occidente culmina su periplo nihilista: la razón ilustrada critica la metafísica religiosa y su ética, ahondando en la nada (que ya se introdujo con la sustitución del amor a la vida terrenal por la creencia en fantasías metafísicas, en la nada) al revelar la naturaleza ilusoria de aquella metafísica. Esa nada más honda brinda el espacio para la creación de nuevos valores por el Superhombre. El nihilismo activo, por tanto, prepara el lugar para nuevas creaciones, mientras que el nihilismo meramente reactivo (prolongación del nihilismo pasivo de la tradición occidental) coopera con la “muerte de Dios” (perpetrada por la razón ilustrada y positivista) sin rehabilitar la vida terrestre, permaneciendo así en un nihilismo agravado: pesimismo, cinismo, tedio, vulgaridad del materialismo burgués…

- El espíritu ilustrado y positivista se refleja también en los estudios histórico – bíblicos decimonónicos que erosionaron la fe cristiana en muchos europeos, también en el mismo Nietzsche, hijo y nieto de pastores protestantes y “alumno cristiano ejemplar” en su juventud.

PROBLEMA POLÍTICO

 - Rechazo del liberalismo, expresión de los “valores burgueses” encarnados en David Strauss.

- Rechazo del igualitarismo de socialistas, comunistas y anarquistas, reeditores de la “venganza de los esclavos” que dio lugar a la moral occidental. Las motivaciones morales deben ceder ante las motivaciones estéticas, como supieron admitir los griegos trágicos.

- Rechazo del nacionalismo alemán, que se pone al servicio del utilitarismo economicista y usa la cultura para sus fines, cuando la cultura ha de ser el fin último.

- Rechazo de la democracia, contraria a los valores aristocráticos del Superhombre (Ultrahombre).




 

jueves, 22 de marzo de 2012

TEXTO DE ROUSSEAU



Rousseau. “Del Contrato Social”, Libro I, Capítulo VII.

Al no estar formado el soberano más que de los particulares que lo componen, no tiene ni puede tener intereses contrarios a los suyos. Por tanto, el poder soberano no tiene ninguna necesidad de garantía con respecto a los súbditos, porque es imposible que el cuerpo quiera perjudicar a todos sus miembros, y luego veremos que no puede perjudicar a ninguno en particular. El soberano, por ser lo que es, es siempre lo que debe ser.

Pero no ocurre lo mismo con los súbditos respecto al soberano, porque, a pesar de su interés común, nada podría garantizar el cumplimiento de sus compromisos si éste no encontrase medios de asegurarse su fidelidad.

En efecto, cada individuo puede, en cuanto hombre, tener una voluntad particular contraria o diferente a la voluntad general que tiene como ciudadano. (…).

Para que el pacto social no sea, pues, una vana fórmula, encierra tácitamente este compromiso, único que puede dar fuerza a los restantes, y que consiste en que quien se niegue a obedecer a la voluntad general será obligado por todo el cuerpo: lo que no significa sino que se le obligará a ser libre.

- Identifica las ideas fundamentales del texto y expón la relación existente entre ellas.

Rousseau considera que no se necesita ninguna institución que garantice que el soberano (la república) no abuse de su poder sobre los individuos, ya que la república no es más que el conjunto de todos los individuos y no puede actuar por tanto contra todos ellos; ni tampoco contra alguno en particular.

En cambio, cada individuo, que es a la vez ciudadano (miembro activo del poder soberano, asambleario) y súbdito (obligado a acatar las leyes dictadas por el soberano, por la asamblea, en cuya elaboración ha participado), puede tener intereses particulares opuestos al interés general o bien común, y por consiguiente es necesario que la república (el conjunto de todos los ciudadanos) obligue al individuo infiel a obedecer a la voluntad general, porque en caso contrario sería insostenible la república. Pero, al obligarle a obedecer a la voluntad general (que quiere el bien común y establece imparcialmente lo que es justo para todos), se está en realidad haciendo libre al individuo.

viernes, 27 de enero de 2012

PENSAMIENTO DE DESCARTES



RENÉ DESCARTES (1596 – 1650)

ESTRUCTURACIÓN DE LOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE SU PENSAMIENTO EN TRES GRANDES PROBLEMAS FILOSÓFICOS

PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO Y LA METAFÍSICA

- El método de la razón.

(Ver ap. 2.2 Edelvives, p. 120).

- La aplicación del método para llegar a un conocimiento sólido:

a) La duda universal y metódica.

(Ver ap. 2.1 Edelvives, pp. 118 – 119).

b) La primera verdad indubitable: Pienso, luego existo.

(Ver subapartado “Cogito, ergo sum” Edelvives, p. 121).

c) Demostración, a partir de la primera verdad y de la idea innata de Dios en el yo, de la existencia de Dios, y deducción del criterio de verdad (garantizado por la existencia de un Dios omnipotente y bueno): la evidencia, o la claridad y distinción con que las ideas se presenten al espíritu.

(Ver ap. 3.1 Edelvives, p. 122).

d) Recuperación del conocimiento fiable: las Matemáticas (modelo del saber), la Ontología y una Física racional, a priori o puramente deductiva, sobre las cualidades primarias de los cuerpos, únicas que se presentan al espíritu con claridad y distinción y únicas por tanto que son objetivas (es decir, la extensión, la figura, el movimiento, la sustancia, la duración y el número: MM III, líneas 243 – 251).


d.1) La Ontología: la sustancia y sus tipos.

(Ver subapartado 3.2 Edelvives, p. 122).

d.2) La Física: la concepción mecanicista de la Naturaleza; las cualidades primarias y secundarias en la sustancia extensa.

(Ver subapartado 4.1 Edelvives, p. 123, y los modos y los dos tipos de cualidades en p. 123).

PROBLEMA DE DIOS
(La numeración de las líneas de Meditaciones metafísicas III sigue la de Ediciones del Laberinto).

- Noción de Dios: Meditaciones metafísicas III, líneas 297 – 300.

- Necesidad de demostrar la existencia de Dios y que Dios no es engañador para la resolución del problema del conocimiento: Meditaciones metafísicas III, líneas 36 – 62.

- Demostraciones de la existencia de Dios:

a) El argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury.

b) Demostración que parte de la presencia de la idea de Dios en la sustancia pensante:

b.1) Preámbulo:
- No se puede dudar de que el yo piensa ideas, aunque se puede dudar de la realidad de esas ideas (MM III, líneas 23 – 35 y 77 - 80).
- Las ideas puede ser: innatas, adventicias y facticias (MM III, líneas 90 – 92).
- Refutación del realismo ingenuo (MM III, líneas 102 – 141 y 153 – 158).
- Las ideas tienen una realidad objetiva que varía de unas a otras; en cuanto a su realidad formal, todas son iguales (MM III, líneas 161 – 165).
- Ha de existir al menos tanta realidad en la causa como en el efecto (MM III, líneas 174 – 178).
- Aplicación del principio anterior a las ideas (MM III, líneas 199 – 202).
- Si existiera en el yo una idea cuya realidad objetiva no está formalmente en el yo, quedaría demostrada la existencia de otra cosa que es causa de esa idea (MM III, líneas 226 – 231).

b.2) Demostración:

- Solo la idea de Dios cumple la condición enunciada en el apartado anterior:

1. Contenido o realidad objetiva de la idea de Dios: MM III, líneas 297 – 300.

2. La idea de una sustancia infinita no puede haberla creado un ser finito (MM III, líneas 304 – 307, 341 – 364), ni lo infinito es la mera negación de lo finito (MM III, líneas 308 – 317) o una idea materialmente falsa (MM III, líneas 318 – 323).
3. Luego la idea de Dios es innata (MM III, líneas 464 – 472).

c) Demostración de la existencia de Dios que parte de la existencia indubitable de la propia sustancia pensante: Solo Dios puede haber creado a la sustancia pensante: esta no puede haberse creado a sí misma (MM III, líneas 378 – 394), ni puede ser eterna por sí misma (MM III, líneas 395 – 417), ni puede proceder de una causa menos perfecta que Dios (MM III, líneas 421 – 438), ni de un conjunto de causas (MM III, líneas 439 – 452), ni de los padres (MM III, líneas 453 – 459); luego tiene que haberla creado Dios (MM III, líneas 459 – 463).

- Dios no puede ser engañador: MM III, líneas 486 – 495.

PROBLEMA DEL SER HUMANO

- La sustancia finita pensante.

(Ver subapartado “Qué soy” Edelvives, p. 121).

sábado, 26 de noviembre de 2011

TEXTOS DE SAN AGUSTÍN DE HIPONA



TEXTOS DE AGUSTÍN DE HIPONA (354 – 430)

ESQUEMA - SÍNTESIS

DE LIBERO ARBITRIO, LIBRO II

CAPÍTULO I


Por qué nos ha dado Dios la libertad, causa del pecado

Agustín: ¿Nos ha dado Dios el libre albedrío?

Evodio: Sí, puesto que de Él procedemos.

Razones que demuestran que de Él procedemos:

- Si de Dios procede la justicia que se aplica a los hombres (y así ha de ser, pues la justicia es un bien, y de Dios procede todo bien), a Él han de pertenecerle.
- Todo bien procede de Dios, y el hombre es un bien, pues puede obrar rectamente.

Solución de Agustín a la cuestión inicial:

- Para que el buen obrar, por el que el hombre es un bien, sea auténtico buen obrar, ha de ser libre. Y para que se puedan condenar los pecados y premiar las buenas acciones con justicia, unos y otras deben ser libres.
- Pero Dios le ha dado la libertad al hombre para que obre bien, como se deduce del hecho de que Dios castiga al pecador.

CAPÍTULO II

Objeción: si el libre albedrío ha sido dado para el bien, ¿cómo es que obra mal?

Agustín: Si Dios nos ha dado el libre albedrío, está bien que nos lo haya dado como nos lo ha dado (con poder de obrar el mal).

Evodio: Si no hay certeza de que el libre albedrío obre bien, es también incierto que se nos haya debido dar, y por tanto que Dios nos lo haya dado.

Agustín: ¿Crees que Dios existe?

Evodio: Lo creo por fe, fundada en la confianza que merecen las palabras de hombres grandes.

Agustín: ¿Por qué no vale la misma confianza para la cuestión presente?

Evodio: Vale, pero deseamos legítimamente entender lo que creemos.

jueves, 24 de noviembre de 2011

COMENTARIO DE TEXTO DE ARISTÓTELES



Es lógico, pues, que, así como para los niños y los hombres son diferentes las cosas valiosas, así también para los malos y para los buenos. Por consiguiente, como hemos dicho muchas veces, las cosas valiosas y agradables son aquellas que le aparecen como tales al hombre bueno. La actividad más preferible para cada hombre será, entonces, la que está de acuerdo con su propio modo de ser, y para el hombre bueno será la actividad de acuerdo con la virtud. Por tanto, la felicidad no está en la diversión, pues sería absurdo que el fin del hombre fuera la diversión y que el hombre se afanara y padeciera toda la vida por causa de la diversión. Pues todas las cosas, por así decir, las elegimos por causa de otra, excepto la felicidad, ya que ella misma es el fin. Ocuparse y trabajar por causa de la diversión parece necio y muy pueril; en cambio, divertirse para afanarse después parece, como dice Anacarsis, estar bien; porque la diversión es como un descanso, y como los hombres no pueden estar trabajando continuamente, necesitan descanso. El descanso, por tanto, no es un fin, porque tiene lugar por causa de la actividad.

Aristóteles, Ética nicomáquea, Libro X, cap. 6


- Identificar las ideas fundamentales del texto y exponer la relación existente entre ellas.

Para Aristóteles, la felicidad consiste en la actividad de acuerdo con el modo de ser del hombre bueno, y tal es la actividad de acuerdo con la virtud. El hombre bueno no prefiere la diversión, sino que para él esta es solo un medio de descanso para poder dedicarse luego a la actividad seria. Como la felicidad es un fin en sí misma, no puede consistir en la diversión, que es solo medio.

Antes de este fragmento Aristóteles ha afirmado que la felicidad es el fin último de todas las acciones humanas y que se busca por sí misma, y, como ha de consistir en una actividad, dicha actividad ha de ser una que se busca por sí misma, como la actividad conforme con la virtud. A la objeción de que la diversión o los placeres corporales también son buscados por ellos mismos, replica Aristóteles que así es solo para los tiranos o los hombres sin entendimiento, pero las preferencias de estos no pueden ser tomadas como modelo, sino las del hombre bueno.

COMENTARIO DE TEXTO DE PLATÓN



(Sócrates):- Por tanto, ¿reconocemos que, cuando uno al ver algo piensa: lo que ahora yo veo pretende ser como algún otro de los objetos reales, pero carece de algo y no consigue ser tal como aquél, sino que resulta inferior, necesariamente el que piensa esto tuvo que haber logrado ver antes aquello a lo que dice que esto se asemeja, y que le resulta inferior?
- Necesariamente – dijo Simmias.
- ¿Qué, pues? ¿Hemos experimentado también nosotros algo así, o no, con respecto a las cosas iguales y a lo igual en sí?
- Por completo.
- Conque es necesario que nosotros previamente hayamos visto lo igual antes de aquel momento en el que al ver por primera vez las cosas iguales pensamos que todas ellas tienden a ser como lo igual pero lo son insuficientemente.
- Así es.
(…)
- Pues el razonamiento nuestro de ahora no es en algo más sobre lo igual en sí que sobre lo bello en sí, y lo bueno en sí, y lo justo y lo santo, y, a lo que precisamente me refiero, sobre todo aquello que etiquetamos con “eso lo que es”, tanto al preguntar en nuestras preguntas como al responder en nuestras respuestas. De modo que nos es necesario haber adquirido los conocimientos de todo eso antes de nacer.

PLATÓN, Fedón

- Identificar las ideas fundamentales del texto y exponer la relación existente entre ellas.

Sócrates afirma que, cuando la percepción de una cosa nos recuerda otra a la que la primera es semejante, aunque inferior, necesariamente tenemos que haber percibido previamente la cosa que recordamos.

Y eso es justamente lo que les ha ocurrido a Sócrates y sus interlocutores cuando han visto cosas que parecían iguales a primera vista, pero que no eran perfectamente iguales: en realidad tales cosas les han hecho recordar la noción de igualdad, que entonces tienen que haber aprendido con anterioridad.

Lo mismo cabe decir de las nociones de belleza, bondad, justicia, santidad, y de cualquier otra noción general: las recordamos al percibir las cosas sensibles, que nunca se corresponden perfectamente con tales nociones. Luego, si tales nociones existen en nosotros, han debido ser adquiridas por el alma con anterioridad a esta existencia corporal.

De esta manera cree Sócrates haber demostrado la preexistencia del alma.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

PENSAMIENTO DE SAN AGUSTÍN




AGUSTÍN DE HIPONA (354 – 430)

ESTRUCTURACIÓN DE LOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE SU PENSAMIENTO EN SEIS GRANDES PROBLEMAS FILOSÓFICOS

PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

- Relación entre fe y razón: Intelligo ut credam, credo ut intelligam.

(Ver ap. 2.2 Edelvives, p. 67, y De libero arbitrio, Libro II, cap. II, así como textos de De la fe en lo que no se ve y de la Letra 120, 2 – 3).

- El camino de la interiorización como salida del escepticismo; autotrascendimiento del alma en el conocimiento.

(Ver ap. 2.3 Edelvives, pp. 67 – 68, y La Ciudad de Dios, XI, 26).

PROBLEMA DE LA REALIDAD (DE LA METAFÍSICA)

- Creatio ex nihilo: ruptura cristiana con el pensamiento grecolatino (recordar las doctrinas metafísicas de Platón, Aristóteles, Plotino; recordar la crítica del neoplatónico Proclo al concepto cristiano de creación, y la réplica de Agustín en el texto 1 de la p. 78 del libro de Edelvives).

- La creación es un acto libre de Dios; el mundo es contingente. La creación fue un acto único de Dios, si bien se despliega en el tiempo (readaptación agustiniana del concepto estoico de las rationes seminales).

- El mal físico en el mundo es en realidad privación de bien (respuesta platónica y neoplatónica, acogida por S. Agustín): insuficiencia, imperfección, finitud de la materia.

- El orden del mundo está regido por la Providencia divina; lo que puede parecer malo desde una perspectiva parcial es bueno desde la perspectiva total de Dios: sirve a un propósito bueno (estético o pedagógico).

(Ver ap. 2.4 y 2.5 Edelvives, p. 68).

PROBLEMA DE DIOS

- Se demuestra su existencia mediante el autotrascendimiento del alma en el conocimiento (iluminación del alma por Dios) y en la voluntad, y mediante el orden del mundo, que demanda un Creador supremamente inteligente.

- Dios es inefable, está más allá de la comprensión humana: Si comprehendis, non est Deus. Pero se puede decir de Él que es el Ser, la Bondad y la Belleza supremos, y que es eterno.

- Dios es Uno y Trino: El Padre se conoce a sí mismo, genera un conocimiento o noticia de sí mismo, el Hijo, y la relación del Padre con el Hijo es Amor (Espíritu Santo). Un proceso análogo tiene lugar en la intimidad del alma humana.

- Los modelos de las cosas creadas están en la Mente de Dios (ejemplarismo).

- Dios es a la vez inmanente al alma humana y trascendente.

- Dios es Providente, y concede su Gracia al hombre.

(Ver ap. 2.3 – 2.6 Edelvives, pp. 67 – 69).

PROBLEMA DEL SER HUMANO

- Concepción platónica de la unión accidental de alma y cuerpo, aunque ambos están llamados a la inmortalidad; negación de la preexistencia del alma: las verdades innatas son conocidas por el alma por iluminación divina, ya que son contenidos de la Mente de Dios.

- El hombre recibe de Dios el libre albedrío, causa del pecado.

- Pruebas de la inmortalidad del alma: el alma aprehende verdades eternas y ha de ser por tanto afín a ellas (recuerda el Fedón de Platón); el alma desea una felicidad perfecta que solo puede alcanzarse en una vida posterior y mediante la unión con Dios: “Nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón no descansará hasta que repose en Ti” (autotrascendimiento del alma en la voluntad).

(Ver ap. 2.3 Edelvives, pp. 67 – 68, y De libero arbitrio, Libro II, Cap. I).



PROBLEMA DE LA ÉTICA

- El libre albedrío humano introduce el mal moral en el mundo (contra el intelectualismo ético socrático).

- El pecado original inhabilita al hombre para obrar bien por sí solo (contra el pelagianismo). Solo el don de la Gracia divina puede rehabilitar el hombre, pero la Gracia requiere de la fe (y la fe misma depende de la Gracia: paradoja contenida en Romanos , IX, 16 – 24).

- Sin fe las obras humanas carecen de mérito: las virtudes de los paganos son vicios espléndidos.

(Ver ap. 2.5 Edelvives, pp. 68 – 69).

PROBLEMA DE LA POLÍTICA

- El pueblo de Dios, guiado por la Providencia, debe realizar en el mundo terrenal el ideal de la vida santa. Concepción lineal de la historia frente a la concepción cíclica griega.

- La “Ciudad de Dios” debe prevalecer sobre la “ciudad terrenal”, la cual ha de ponerse al servicio de los fines de Dios para el hombre. El poder religioso está por encima del poder civil, que ha de someterse a aquél. Este será el ideal teocrático de la Cristiandad que presidirá todo el pensamiento político medieval, y que intentará llevarse a la práctica a partir de la coronación de Carlomagno por León III en el siglo IX como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

(Ver ap. 2.6 Edelvives, p. 69).